Sevilla pierde a un cofrade de los de verdad. Fallece Luis Rodríguez - Caso Dosal

José Luis Martínez. Como ya informó este portal a última hora del día de ayer, jueves 15 de diciembre, el gran cofrade Luis Rodríguez - Caso Dosal, quién fuera presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla (1988 - 1992) y hermano mayor de la Quinta Angustia (1995 - 2003), falleció a media tarde del mismo jueves en el hospital Virgen Macarena. Rodríguez - Caso Dosal, fue pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 1988. Actualmente ocupaba el cargo de Consiliario Primero en la corporación del Jueves Santo. Pertenecía a las hermandades del Amor, Quinta Angustia, Calvario, Silencio, Macarena y Rocío de Triana.

La Imagen de María Santísima de la Quinta Angustia es obra del escultor Vicente Rodríguez-Caso, padre de Luis, que la tallase en 1932, y que con anterioridad había restaurado en profundidad la casi totalidad del Misterio.

Descanse en Paz

Fragmento del Pregón de 1988. Luis Rodríguez-Caso Dosal

El Pregón de la Semana Santa de 1988 tuvo lugar el domingo 20 de marzo en el Teatro Lope de Vega, siendo presentado el pregonero por Manuel Fernández Floranes, Teniente de Alcalde Delegado de Fiestas Mayores. La Banda Municipal interpretó las marchas "Quinta Angustia" y "Amarguras". Por lo que respecta al pregonero, era un médico cofrade de la Quinta Angustia, hermandad de la que fue hermano mayor en los años 90. Por ello, el fragmento que seleccionamos es el dedicado al misterio del Sagrado Descendimiento:

Y en la noche agonizante, allá por el antiguo Compás de la Laguna, por la calle Doña Guiomar estará el impresionante Misterio del Sagrado Descendimiento.

Singular y la patética escena de la Pasión bajo la Luna del Parasceve.

"Junto a la Cruz de Jesús estaban de pie su Madre, y la hermana de su Madre, María Cleofás y María Magdalena"… Y "vino José el de Arimatea, insigne miembro del Sanedrín, que esperaba también el Reino de Dios"… "y también vino Nicodemus".

Los Santos Varones, venerables e impresionantes en sus rostros, apoyados y arropados en la Cruz redentora, bajan el cuerpo sin vida del Maestro.

María la de Cleofás acerca la sábana a su pecho.

María Salomé mira suplicante y María Magdalena rompe en sollozos.

Y junto a la cruz, la Madre. María la de Nazareth con el corazón roto y traspasado por cinco puñales de Angustias.

Su mirada se dirige a Él con ternura, y en el brillo de sus misericordiosos ojos se trasluce el dolor que Ella había sufrido por anticipado y que llegó a la cumbre en la realidad cruel y sangrienta del Calvario.

Madre corredentora, mujer que lloraste lágrimas internas tal y como describiese el mismo San Agustín.